La globalización y el crecimiento de las ciudades: una fuente de desigualdad
JAVIER JENNINGS MOZO (@javierjenningsm)
La globalización ha sido siempre el verdadero reto al que se han enfrentado las Naciones Unidas. Según el director de gobernanza y mantenimiento de la paz del PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo), Patrick Keuleers, “el verdadero problema de la globalización es que ha venido acompañada de una serie de desigualdades abismal”. Según Keuleers, una de cada siete personas vive enslums, en un mundo en el que más de la mitad de su población vive en ciudades. Esta tendencia de crecimiento favorece las desigualdades y la violencia. Así lo manifestó en el II Foro Mundial sobre las Violencias Urbanas y la Educación para la Convivencia y la Paz.
Este foro de debate puso de manifiesto una de las prioridades de las Naciones Unidas: los objetivos de desarrollo sostenible (objetivos 11 y 16, pertenecientes a la Agenda 2030) para la consolidación y el sostenimiento de la paz. Este concepto, surgido en 2016 de la Asamblea General de la ONU y del Consejo de Seguridad, busca el nexo entre la construcción de la paz, el desarrollo y el ámbito humanitario, haciendo hincapié en la buena gobernanza.
Una de las soluciones de la ONU es estudiar qué se puede hacer y qué se está haciendo a nivel local por parte de los gobiernos para superar estos retos y analizar cuál es la capacidad municipal para realizar estos cambios. “Se trata de hacer hincapié no sólo en la gobernanza, sino en la buena gobernanza” añadía el moderador del evento, y director de información para España y Andorra del UNRIC (Centro de Información Regional de las Naciones Unidas), Carlos Jiménez.
Tan sólo un 1% del capital financiero que generan anualmente los mercados globales sería suficiente para cubrir los trillones de dólares requeridos para lograr la Agenda 2030 a tiempo, pero la cantidad de inversión destinada anualmente a programas de desarrollo está muy por debajo. Según Keuleers, “cuando un pequeño grupo de personas es dueña del capital de medio mundo, se provocan tensiones, movimientos radicales, etc”. Otro de los principales problemas, para Keuleers, es la corrupción, que afecta directamente al desarrollo y al desempeño de los DDHH, potenciando de nuevo la violencia. Por ello, tildó de “fundamental” para lograr la paz, conformar una “cultura ética y de tolerancia cero con la corrupción”. “Hay que preguntarse por qué se está dando un auge de los populismos, de los nacionalismos, relacionados directamente con el aumento de la violencia en muchas partes del globo”, apostilló.
La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, en su participación dentro del foro. (Foto: Javier Jennings Mozo)
En declaraciones para Infura, Keuleers comentó que, a pesar de las diferencias políticas entre los distintos gobiernos, hay que confiar en que el sentido común prevalezca y se puedan lograr acuerdos para lograr llevar a cabo la Agenda 2030. También destacó la importancia de mejorar la participación y el acceso de la ciudadanía a los sistemas de gobernanza, algo que impacta de forma positiva en el empoderamiento de la población al darle las herramientas para ser parte activa de la toma de decisiones y no un sujeto pasivo que ve cómo las políticas públicas que influyen en su día a día son adoptadas en espacios que le son ajenos.
Según la secretaria general de la CGLU (red mundial de Ciudades y Gobiernos Locales Unidos), Emilia Saiz, “la gente se rebela contra el sistema si el sistema no le ampara” y, por tanto, como añade Keuleers, “el reto es comprender que las soluciones si se pueden lograr pero que hay sectores sociales a los que se les está dejando atrás. Hay que identificar cuáles son esos sectores, dónde se encuentran y por qué están siendo excluidos para poder ayudar a esas personas. No sólo los gobiernos ayudan, sino que las asociaciones y ONGs también son muy importantes para luchar contra la exclusión”.
Para la paz, una urbanización
El plan de acción del PNUD es identificar los factores de vulnerabilidad de las urbes para que estas pasen a ser ciudades inclusivas y seguras y de esa forma cambiar ese panorama “real pero apocalíptico”, como lo definía Jiménez. Para el coordinador del Programa de Ciudades Seguras de ONU-Hábitat, Juma Assiago, uno de los elementos principales que fomentan la paz en los contextos urbanos es la urbanización. “Una urbanización responsable e inclusiva es esencial para el desarrollo, pero es muy complicado realizarla de forma correcta y suele traer conflictos, por lo que muchos gobiernos, en su mayoría africanos, la evitan o fomentan planes en su contra para evitar dichos conflictos”, afirmó Assiago.
Carmena, también formó parte de la mesa redonda y explicó que la interlocución con las ciudades por parte de estas entidades es clave porque las urbes son bancos de datos. “El conflicto es algo natural, lo que hay que hacer es evitar que se convierta en violencia” añadía mientras criticaba la violencia política y lo que genera. La alcaldesa puso como ejemplo la propia ciudad de Madrid, admitiendo que se trata de una ciudad con una gran desigualdad entre ciertos barrios pero que, sin embargo, no es violenta.
Todos los ponentes coincidieron en que las generaciones venideras tienen en sus manos el futuro de estos asuntos. Además, están de acuerdo en que se debe dar un cambio en el sistema educativo que estimule la inteligencia emocional reservando un apartado para la educación en el autoconocimiento. Así se podrá dar un auge de las “bottom up solutions” (soluciones desde abajo) en forma de mayor gobernanza participativa en el futuro.
